EL CIPITIO
Según antiguas creencias, el
Cipitillo era hijo de Zigueguet, la
reina de la luna, que traicionando a su esposo solo con un lucero de la mañana,
recibieron una terrible maldición del Dios de los Dioses, Teolt.
La maldición recayó en su hijo, que sería el
resultado de los amores traicioneros. El cual nunca crecería y no sería hombre.
Simbolizará el Dios de los romances ilícitos y quedaría hasta la consumación de
los siglos como un cipote, es decir siempre niño, siempre Cipit.
De tantas Historias y Anécdotas he aquí
narraremos dos: Cuentan que hace algunos años, cuando nuestros abuelos eran
jóvenes era más común encontrar las huellas de un niño en las cenizas de la
leña del horno, cualquiera pudiera pensar que es una travesura, pero... quizá
no lo sea, a el Cipitillo le encanta revolcarse entre la ceniza, y hartarse
mucho de ella. Se caracteriza por un ser chiquito y barrigón con un enorme
sombrero en la cabeza, sus pies son al revés, o sea que sus dedos estas hacia
atrás, por eso cuando la gente intentaba perseguirlo seguía sus huellas al
contrario.
Era común encontrar sus huellas alrededor de
los trapiches y moliendas, o en las cenizas de viejos ornos de tierra, este
pequeño espíritu burlón, se escondía en los matorrales a las orillas de los
ríos y quebradas para espiar a las muchachas que llegaban a lavar o a bañarse
semi desnudas...
Cuentan que desde hace mucho
tiempo y hasta la fecha todos los viernes por las noches, en algunos pueblos de
El Salvador, al filo de la media noche se escucha el sonar de una carreta que
comienza en lo profundo de los llanos y se acerca lentamente, se puede escuchar
claramente el chirrido de las ruedas al rozar con los ejes con resequedad de
grasa.
Esta es una de las muchas historias, muchos
dicen que la carreta pasaba por los pueblos llevándose el alma de las personas
malas y otros dicen que esta leyenda comienza cuando un hombre fue ganado por
el diablo y obligaba a sus bueyes a entrar a una iglesia, pero los bueyes se resistían
y no lo hicieron, sino que reventaron sus collundas y escaparon, la carreta
rodo sin buelle cuesta bajo lo raro es que nunca la encontraron, pero la
carreta siempre recorre las calles de pueblos y ciudades solitarias en busca de
almas malas.
Esta es una de las leyendas más
comunes en El Salvador, quien no dice en broma "te va a llevar la
siguanaba" en fin tantas leyendas, La Siguana es la mamá de el Cipitillo,
que es la primera leyenda de esta página. La Siguana aún se aparece en las
quebradas y riachuelos lavando a media noche
Sucede una vez a un señor, que se
había puesto de acuerdo con su novia para escaparse por la noche. Dicho y hecho
a eso de las 11:30 p estaba el joven con su caballo esperando por su amada, de
repente vio la figura de una mujer que se acercaba a él, de la felicidad él ni
se fijó solo le ayudo a que montara con él, cojieron camino, pero a todos esto
nadie se había cruzado una tan sola palabra.
Lo que más comenzó a inquietar al
joven era que no había traído consigo la ropa, al largo rato es ella comenzó a
acariciarle el pecho, el pobre hombre no hallaba que hacer al sentir sus
grandes pechos en la espalda, al fin se decidió el joven y comenzó a acariciar
todo su cuerpo, aunque no le podía ver la cara pero él se sentía feliz, al
internarse en es espeso monte, de aquellas suaves manos surgieron grandes uñas
que se clavaban en la piel del joven, y arañaba al caballo, lo que impedía que
éste se parara, al tratar de verle la cara vio una mujer desgreñada y
descalaberada que se reía a carcajadas.
No se acordó nada más de los
consejos de su abuelo y mordió las riendas del caballo para agarrar valor y le
dijo: -Que sexi estás María, dame un beso María, dame todo tu cuerpo que aquí
está tu pata de gallina María, Para que dijo esto y aquella mujer se aventó del
caballo y salió espantada por los matorrales, de la que se salvó el joven, ya
que cuentan que a la Siguanaba le molesta que le digan María 3 veces.
La Siguanaba es una leyenda que
casi todos los salvadoreños conocen y se saben unas que otras anécdotas, por
eso al salir de noche y solo, peor si hay quebradas, ríos o arroyos, cuídese de
no ser seducido por este ser.
Se cuenta mucho, El Cadejo se le
aparecía a los viajeros nocturnos, algunas veces el cadejo se acostumbraba a
acompañar siempre a los hombres, pero solo con los solteros, el cadejo así como
defendía a su acompañante, le molestaba que éste no hiciera su voluntad, y
cuando se enojaba era muy peligroso porque se convertía en animales de inmenso
tamaño.
El Cadejo, cuentan algunas
personas se alimenta de sangre de animales, muchas personas cuentan que en
ocasiones se atravesaba en la calle y no dejaba pasar a su acompañante, si este
se resistía se agrandaba y se le tenía que obedecer, al día siguiente corría el
rumor de que más adelante había un asalto, o estaba la Guardia golpeando a todo
el que pasaba.
El cadejo en su mayoría no ha sido
viso como susto, sino como un ser nocturno de propiedades sobrenaturales, los
que lo vieron dicen que era del tamaño de un cachorro, nariz puntuda y al
caminar provoca el sonido como los casquitos de una cabra, cuando se siente
lejos es que esta cerca quizá junto a uno, y si se siente cerca es que esta
lejos.
A menudo el cadejo luchaba con
otros espíritus inclusive hasta con hombres para defender a su acompañante,
muchos quisieron alguna vez tocarlo pero nadie ha dicho haber podido hacerlo.
EL PADRE SIN CABEZA
Existen una infinidad de
versiones: según la creencia popular, El Padre Sin Cabeza es el alma en pena de
un sacerdote que falleció en pecado mortal, sin confesión, y que había perdido
la cabeza por una pasión amorosa.
Otra versión es que este es el
alma de un Padre que lucho junto en una revuelta con unos campesinos, que fue
asesinado (decapitado). El Padre Sin Cabeza es conocido no solo a nivel
Salvadoreño sino que a nivel Centro Americano
Historia: Todos los viernes al
filo de la media noche, del portón mayor de la iglesia del rosario sale El Padre
Sin Cabeza. Al salir del atrio agarra sobre la Sexta Avenida, hacia el norte;
pasa frente al popular (hoy cine libertad), dobla la esquina del gimnasio (6ª.
Calle Oriente y 6ª. Avenida Norte) Y baja. Poco después de media cuadra,
desaparece y vuelve a aparecer, entrando al atrio de la iglesia La Merced; se
le ve atravesar el atrio y entrar en la iglesia con la puerta cerrada...En
ocasiones se le mira paseándose por todo el atrio y subiendo al campanario.
Otras veces lo ven pasando por el puente La Vega; subiendo la cuesta;
paseándose en el atrio y entrando en la iglesia La Vega (también con las
puertas cerradas).
Es un ser que causa pánico, quien se imagina
que se le aparezca el mero diablo, se mueren del miedo, ya que se lo imagina
como un monstruo, pero como ustedes saben el diablo es un demonio inteligente,
sería absurdo que él se presentase como un animal feo, se presentaría de la
forma más atractiva posible.
Cuentan que hace mucho tiempo
algunos dueños de haciendas de repente desaparecían y algunos aparecían después
en los potreros muertos y en su interior nada más que zacate, dicen que cuando
la mala suerte rodeaba a algunas personas o por razones de la vida un hombre se
desesperaba, invocaban al diablo en busca de ayuda.
Sin esperar se formaba un remolino
espeso y aparecía un jinete, muy elegante en un poderoso caballo, con monturas
relucientes y una gran capa, su negocio era comprar almas, le complacía algunos
deseos a quien lo invocara a cambio de su alma, cuentan que el ofrecía dinero,
mujeres, suerte , futuro para los hijos y riquezas a cambio de el alma.
El caballero daba siete años a sus
clientes para que disfrutaran de todo lo que le ofrecía y venía a los siete
años a llevarse el alma que había comprado.
El Duende es un espíritu
enamorado que siempre busca a las mujeres jóvenes y bonitas, a las cuales no
deja en paz hasta que hacen algo desagradable para él. Esto puede ser no
bañarse o hacer cosas antihigiénicas. Este espíritu no deja tranquila a la
muchacha bonita que escoge por medio de ruidos por las noches, brisas y aromas,
hasta causar que se quede solterona. Pero en cuanto la joven realiza
actividades antihigiénicas el Duende se retira no sin antes causar un ruido
estruendoso y soltar una carcajada.
Un día
de esos iba el junto a ella cuando sintió los terronazos que caían, el se quedo
parado y la dejo ir a ella y dijo en voz alta, - Duende... no queres una foto
de ella? De repente se apareció el extraño ser, chiquito, de traje y con su
sombreron, que extendía la manito pidiéndole la foto... el joven le dijo que
iban a hacer un trato, que le iba a dar la foto y se iba a alejar de ella hasta
que el ya no lo quisiera, a cambio de su sobrero lleno de dinero, El Duende pensó
un momento y sin parpadear le entrego su sombrero, y este le dio la foto, de
repente El Duende ya tenía otro sombrero, pero el joven tenía en sus manos uno
lleno de monedas de oro. El duende se volvió más agresivo con la joven, hasta
que la joven le correspondía hacer su parte, que consistía en volverse muy
sucia, a El duende no le iba a gustar y se alejaría... Y así fue, ya no se lavaba
las manos para comer, no se bañaba, se comía los mocos, El Duende enojado le
tiraba pedazos de tierra dura, uno de esos días ella no aguanto más, y a la
hora de comer agarro su plato de comida y fue al baño, y ahí estaba comiendo
mientras hacia sus necesidades, ella no aguantaba el asco, pero era la única
salida para liberarse del Duende. De repente se le apareció al frente y El
Duende solo escupió el suelo en señal de desprecio y asco y se fue, el mismo día
se le apareció al novio y le tiro la foto, en señal que ya no la quería. Desde
ese momento fueron felices los dos juntos, se hicieron de sus cosas con el
dinero que les había dejado El Duende, gracias al consejo del abuelo, y por eso
ahora ellos cuentan la historia a sus nietos. Pero no todas las muchachas corrían
la misma suerte, dicen que la que le agarraba dinero al Duende, este se la
llevaba y nadie sabía mas de ella.

El Justo Juez de la noche es un personaje de leyenda de El
salvador. Según la tradición oral, es un fantasma que se aparece a quienes deambulan por
los caminos rurales a altas horas de la noche, otros lo describen montado sobre
un caballo negro. Según las narraciones, esta aparición es un sujeto alto que
no posee cabeza. En su lugar, aparece una columna de humo.
Quienes
se han visto sorprendidos por el Justo Juez, afirman haber sido advertidos de
regresar a sus casas, pues el espectro afirma que la noche le pertenece solo a
él. En más de una ocasión, mostrándose como un vigilante del orden,1 azota a cualquier incauto a manera de reprimenda.
Es una historia que supuestamente
sucedió en un pueblecito situado en las faldas noroeste del Cerro Santa
Catalina, San Esteban, del Departamento de San Vicente. Los lugareños creían en
toda la gama fantasmagórica de la rica mitología salvadoreña, tal como la
Siguanaba, el Cipitillo, el Duende, entre otros.
Esta Carreta Bruja le apareció a
una mujer chismosa llamada Cirinla. Era una carreta del tamaño normal sin
bueyes, pero en las puntas de los palos que componían el estacado llevaba una
calavera humana con grotesca mueca de sonrisa. La carga de la carretera
consistía en un promontorio de cadáveres decapitados que se retorcían como
tentáculos de mil pulpos. Los arrieros, en vez de cabeza tenían un pequeño
manojo de zacate. En la mano izquierda aseguraban una puya y en la mano derecha
el mango de enorme látigo negro. Danzaban y haciendo estallar latigazos sobre
los cuerpos gritaban y mencionaban los nombres de todas las personas en el
pueblo que eran conocidas como mentirosas, falsas e hipócritas. Y mientras
decía los nombres, los chicotazos sonaban como estampidos de balazos en los
lomos desnudos de los cuerpos torturados.
Era tal la curiosidad de Cirinla
que cuando escuchó el ruido de la Carreta Bruja salió de su casa a verla y su
espanto fue tan grande que al día siguiente amaneció muerta encima de un charco
de su propia sangre de curiosa, chismosa, revoltosa, criticona y juzgona. Y
desde entonces la Carreta Bruja ya no se escuchaba rodar sobre el suelo
empedrado de las calles del apacible pueblecito..
En El Salvador abundan las
personas que afirman haber tenido una experiencia macabra con una hermosa mujer
que se aparecía en alguna carretera desolada pidiendo que la llevaran. La mujer
salía a orillas de la calle con una vestimenta provocativa y con una actitud
sensual, audazmente llamaba la atención de los incautos que eran atraídos por
su belleza y coquetería.
Cuando los conductores le
preguntaban hacía donde se dirigía, ella les contestaba que a unos pocos
kilómetros del lugar, entonces se montaba al auto y comenzaba a seducirlos.
Cuando los hombres empezaban a tocarla y besarla sucedía algo espantoso, la
piel de la mujer se desprendía de su cuerpo hasta quedar totalmente convertida
en pocos segundos en un esqueleto humano. Minutos después sus víctimas eran
encontradas en estado de total confusión y únicamente recordaban los instantes
en que aquella escena tenebrosa había ocurrido.
Algunos pobladores dicen que
"La Descarnada" es en realidad el espíritu de una bruja maligna.
Esta leyenda es muy popular entre
los pescadores, moradores y visitantes de los lagos y lagunas de El Salvador.
Parece ser que el dueño de una hermosa mansión localizada en el lago de
Coatepeque salió a dar un paseo en una canoa artesanal; al estar cerca de la
isla fue arrastrado por una corriente subterránea y llevado hasta los dominios
de la diosa de agua dulce.
Nunca se le volvió a ver con vida.
A los pocos meses se apareció a las personas que cuidaban su propiedad y se las
heredó. Ellos quedaron perplejos al verlo pues sus rodillas se habían
ensanchado tanto que parecían un par de balones de fútbol, al igual que sus
labios y se asemejaba a una criatura marina más que un ser humano.
Las tabas son las rodillas y de
ahí proviene el nombre. El Tabudo es como una especie de magnate submarino y
cuando le agrada una persona, se les aparece aparentando ser un humilde
pescador y se los lleva hasta lo más profundo del lago; a los hombres los
convierte en enormes peces de colores y a las mujeres en sirenas de agua dulce.
Esta historia se narra
principalmente en el municipio de Izalco, en el Departamento de Sonsonate que
es donde sale por las noches una especie de animal mitológico de gran tamaño,
mitad culebra en los extremos inferiores y mitad cerdo en los extremos
superiores.
Al visitar el centro turístico
Atecozol en Sonsonate puedes encontrar una imagen en piedra de este fantástico
animal.
Según cuentan los lugareños, se
escucha por la noche a lo lejos un chillido tenebroso seguido de fuertes
turbulencias bajo la tierra, dicho sonido se dice que proviene de éste animal,
por lo cual, los lugareños se encierran a tempranas horas en sus hogares, esto
se da principalmente en los alrededores de los ríos y quebradas, dicho animal
se arrastra recorriendo la zona en busca de alimento.
La cuyancúa es un animal de
leyenda de El Salvador. Tiene presencia en la región de Izalco y en general en
la zona occidental del país. Según la tradición oral, es un ser mitad cerdo y
mitad serpiente que anuncia la lluvia. Según los testimonios, no solo aparece
una cuyancúa sino a veces lo hacen en grupo.
De acuerdo al libro Mitos y
Leyendas de los Pipiles de Izalco de L. Shultze Jena, es también un ser
mitológico que tiene cierto dominio sobre las aguas de los ríos y la lluvia.
En todo El Salvador se conoce la
leyenda del “Mico Brujo”. En algunas partes también lo relacionan con otras
especies como La Mona o El Chancho.
Decían nuestros antepasados que
habían unas mujeres que a las once de la noche se daban tres volantines para
atrás y luego tres para adelante (saltaban hacia delante o hacia atrás); que
estas mujeres tenían un guacal donde dejaban su alma y ya sin esta tomaban
figura de monos, o chanchos y se dedicaban a hacer diabluras.
Y así estas brujas, acompañadas de
la oscuridad de la noche, se trepaban a los árboles y tiraban frutas a la
gente. Se subían a los techos de las casas, saltando de un lugar a otro y
arrojando pedradas contra las personas que pasaban en la calle vecinas.
Muchas personas han tratado de
agarrarlas y matar a la mona o chancha, pero de nada les sirve, pues cuando ya
están cerca y creen tenerla acorralada se les esfuma como por encanto.
También contaban nuestros
antepasados que esas mujeres podían convertirse en chanchas grandes, negras y
llenas de lodo. Apenas veían a la persona señalada, aligeraban su trote y
comenzaban a gruñir, embestían furiosamente a la persona y le daban trompadas y
mordiscos en las piernas hasta derribarla y hacerle perder el conocimiento, al
día siguiente, la víctima amanecía molida y mordida, y con los bolsillos
vacíos.